Tras la ceremonia, el banquete y las emociones de tu gran día, llega el momento de relajarse, asimilar todo lo ocurrido y disfrutar el uno del otro en la intimidad.
- Sorprende a tu pareja reservando una suite en algún hotel que sea especial para ustedes o al que siempre hayas querido ir y cuando acabe la recepción véndale los ojos para que no sepa adónde va.
- Antes de la boda encárgate de llenar la habitación y el baño de velas, pétalos de rosa o flores y prepara todo lo que creas que vas a necesitar. También puedes pedirle a alguien que lo haga por ti.
- Cuando llegues al hotel lo primero es desvestirse. Mejor el uno al otro, será más divertido ver cómo el novio intenta liberarte del vestido de novia. Luego tú haz lo propio con su traje.
- Prepara un buen baño. Llena la bañera y añadanle algunas sales o una de esas bombas de burbujas con perfume y sumerganse en sus aguas con una copa de vino o champagne al lado.
- Sequense y pongánse el pijama o el camisón por separado. Uno puede cambiarse en el baño y el otro en la habitación. Cuando estén listos, ir en busca del otro.
- Después de un día agotador, ¿a quién no le apetece un masaje? Primero el uno, después el otro, recorran el cuerpo de tu recién estrenado marido o mujer con aceite esencial.
- Véndale los ojos a tu pareja y juega a adivinar sabores. Una fondue de chocolate con frutas y dulces será útil y muy divertida.
- Lo más importante es que se tomén su tiempo, tienen toda la noche de bodas por delante. Dediquen cada segundo al otro, observen, disfruten, sientan como si no existiera el tiempo. Es su noche y ya son marido y mujer.
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